jueves, 17 de julio de 2014

JOSE MARIA ARGUEDAS.

Hola amigos, estos días estamos estudiando en el colegio,  la vida y obras de José María Arguedas, su vida fue muy triste pues fue huérfano de madre y su padre viajaba mucho, quedando al cuidado de su madrastra, quien lo maltrataba. Él se sentía más feliz junto a la servidumbre, que lo trataba con amor. A continuación su biografía:
 
José María Arguedas nació en Andahuaylas, en la sierra sur del Perú, proviene de una familia mestiza y acomodada, quedó huérfano de madre a los dos años de edad. Por la poca presencia de su padre ―que era un abogado  litigante y viajero―, y su mala relación con su madrastra y su hermanastro, se refugió en el cariño de los sirvientes indios, lo que hizo que se adentrara con la lengua y costumbres andinas que modelaron su personalidad. 
Sus estudios de primaria los realizó en  San Juan de Lucanas, Puquio y Abancay y los estudios secundarios en Ica, Huancayo y Lima.

Ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad de San Marcos, en 1931; allí se licenció en Literatura, y posteriormente cursó Etnología, recibiéndose de bachiller en 1957 y doctor en 1963. De 1937 a 1938 sufrió prisión en razón de una protesta contra un enviado del dictador italiano Benito Mussolini. Paralelamente a su formación profesional, en 1941 empezó a desempeñar el profesorado, primero en Sicuani, Cusco y después en Lima, hasta 1949. 
Fue también funcionario en el Ministerio de Educación, donde se interesó por preservar y promover la cultura peruana, en especial la música y la danza andinas. 
Fue Director de la Casa de la Cultura (1963-64) y Director del Museo Nacional de Historia (1964-1966). En el campo de la docencia superior, fue catedrático de Etnología en la Universidad de San Marcos (1958-1968) y en la Universidad Agraria La Molina (1962-1969). Agobiado por conflictos emocionales, puso fin a sus días disparándose un tiro en la cabeza.

Su obra narrativa refleja, descriptivamente, las experiencias de su vida recogidas de la realidad del mundo andino, entre ellas:

Agua.
Yawar Fiesta.
Diamantes y pedernales.
Los Ríos profundos.
El Sexto.
La agonía de Rasu Ñiti.
Todas las sangres.
El sueño del Pongo.
El zorro de arriba y el Zorro de abajo.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Mar%C3%ADa_Arguedas
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WARMA KUYAY

¡Hola amigos! Hoy les quermos presentar una de las obras del escritor peruano Jose Maria Arguedas:
Argumento de "Warma Kuyay", cuento de Jose Maria Arguedas.
Warma Kuyay nombre quechua, que significa amor de niño.

Esta historia ocurre en la hacienda Viseca, lugar José Maria Arguedas vivió cuando era niño. Junto al caserío hay una cascada que  en el silencio de la noche, parecía cantar. 

Ernesto era un niño enamorado de Justina, una niña que está enamorada de Kutu, lo cual molesta al Ernesto quien sufría al verla mirar a Kutu.

El niño Ernesto y Kutu, vivían en la misma casa que pertenecía don Froylán.  Una noche, Kutu le dijo a Ernesto que don Froylán había abusado de la Justina cuando ésta fue a bañarse con los niños; Ernesto no podía creerlo y se puso a llorar abrazado al cholo. 

El Kutu, que era un indio fornido, lo levantó  y lo echó sobre su cama diciéndole que la Justina tenía corazón para él, pero que ella sentía miedo porque él era un muchacho todavía. 

Ernesto sentía  rabia contra don Froylán, llegando a decirle a Kutu que cuando fuera grande lo mataría. 

Era tanta su sed de venganza que pidió a Kutu  que matara con su honda a don Froylán, , como si fuera un puma ladrón.  Pero como el  indio Kutu no quiso hacerlo, Ernesto lo acusó de cobarde y le dijo que se largara porque en Viseca ya no servía. 

Mas tarde Kutu pidió licencia y se fue, la tía de Ernesto lloró por él como si hubiera perdido un hijo.  Ernesto se quedó junto a don Froylán, pero cerca de  su Justinacha ingrata.  Ya no fue desgraciado. 

A la orilla de ese río espumoso, oyendo el canto de las torcazas, vivía sin esperanzas, pero era feliz por estar junto a ella bajo el mismo cielo, en esa quebrada que fue su nido, contemplando sus ojos negros, oyendo su risa, mirando sus pestañas largas. Mirándola desde lejos; era casi feliz porque su amor por Justina era un “Warma Kuyay” (amor de niño) y  sabía que Justina tenía que ser de otro, de un hombre grande que empuñara ya el zurriago, el mismo látigo con que Kutu masacraba los becerros más finos y delicados de don Froylán, como queriendo así, lavar el honor de la Justina. 

Ernesto vivió alegre en esa quebrada verde y llena del calor  del sol, hasta que un día tuvo que dejar aquella tierra que amaba tanto.